Título original: STÉFANO.
Año: 2006.
Duración: –
Director: Marcelo Jaureguiberry.
Libro: Armando Discépolo.
Asist. de dirección: Juan Urraco.
Producción Ejecutiva: Pablo M. Moro Rodríguez, Marcelo Jaureguiberry, Juan Urraco.
Asist. de producción: Inés Ceballos, Roberto Leguizamon, Mirta Jaureguiberry, Belén Errendasoro.
Diseño escenográfico: Marcelo Jaureguiberry.
Realización escenográfica: Carlos López, Anabel Paoletta, Iván Navarro, Pablo M. Moro Rodríguez.
Carpintería: Bernando Pérez, Adrián Polich, Gustavo Lazarte.
Maquillaje: Sara Ramírez. Trabajo de Tesista: Erica Lombardi.
Espacio Sonoro: Rosana Romano, Marcelo Jaureguiberry.
Edición de sonido: Pablo Moro Rodríguez.
Diseño de iluminación: Silvio Torres, Marcelo Jaureguiberry.
Diseño y realización de vestuario: Sandra Kostyak (El Racó).
Diseño gráfico: Gustavo Tissier.
Video: Carla Martínez.
Elenco: Gustavo Lazarte, Carlos Catalano, Gladys Carnevale, Claudia Segura, Ezequiel Lester, Juan Urraco, Luciana Lester, Javier Lester.
Productora: Cero Grupo Teatro.
Género: –
Sinopsis: «Nosotros, un país de inmigrantes, extrañamos lo que extrañan nuestro padres. A fuerza de silbarnos melodías, de secar la nostalgia en sus ojos, extrañamos por herencia ese pasado que no hemos conocido nunca. Pero estamos aquí, lo que construimos está aquí, y lo que es más importante, nuestros hijos están aquí. Es decir, nuestro futuro está aquí. Esa es la contradicción del inmigrante: tener un pasado en otro lado y el futuro en estas tierras ¿y el presente? ¿Dónde está el presente? No tenemos presente, somos una transición entre un pasado europeo y un futuro americano. El presente vive huyendo. Yo estoy empeñado en encontrarlo. Quiero recuperar el presente, crear mis propias melodías, no ser hijo ni padre».
Rafael Bruzza, extaído de la obra: El cruce de la pampa.
El autor: Armando Discépolo (1887-1971). Entre sus obras teatrales se destacan «Entre el hierro», «La torcaza», «El novio de mamá», el vodevil «La espada de Damocles» y «El movimiento continuo». En esta última aparece por primera vez la palabra «grotesco» en la escena nacional: corría 1916 y faltaban seis años para que en el país se conociera a Luigi Pirandello (lo que desmiente la versión de que el grotesco criollo sea hijo del genial autor teatral siciliano). Luego llegaron sus obras más reconocidas: «Mustafá», «Giácomo», «Muñeca», «Babilonia», «El organito», «Stéfano», «Cremona» y «Relojero», escritas entre 1921 y 1934. Todas ellas comparten atmósferas depresivas y la exaltación de las contradicciones de sus protagonistas, que -tras una máscara de absurda comicidad- sobrellevan un profundo dolor y viven aferrados a un tiempo avasallado por el «progreso» que los asfixia. Discépolo supo mostrar las miserias de un orden social muy despiadado e injusto a través de la pintura de la vida cotidiana de humildes, fracasados e inmigrantes, creando el «grotesco criollo», primera y más auténtica expresión del teatro nacional.
Presentaciones: –
Premios y distinciones: –
Fotografía de afiche: Clara Guareschi.
Obra objeto de afiche: Jorge Gassetti.
Dramaturgia: Cátedra de Estructuras Teatrales II Facultad de Arte UNICEN, Profesoras Liliana Iriondo y Teresita Fuentes.
Asesoramiento: Centro de Investigaciones Dramáticas (CID), Facultad de Arte, UNICEN, Grupo de Investigación “Hacia una Historia de la escenografia argentina” (Director: Arq. Marcelo Jaureguiberry – Co-director: Arq. Rómulo Pianacci – Investigadores: Dr. Pablo M. Moro Rodríguez – Lic. Carlos López – Lic. Silvio Torres – Prof. Beatriz Eleta – Investigadores en formación: Natalia Camio – Anabel Paoletta – Juan Urraco – Sandra Kostyak).
Preparación fonética de idioma italiano: Luis Briker (Academia Dante Alighieri).
Propuesta pedagógica para nivel Polimodal: Mag. María Cristina Dimatteo, Facultad de Arte de la UNICEN, Prof. Marisa Zelaya, Facultad de Ciencias Humanas de la UNICEN.